San-Petersburgo
San-Petersburgo es la segunda ciudad en importancia de Rusia. Fue fundada por el zar Pedro el Grande el 16 de mayo de 1703 con la intención de convertirla en la "ventana a Europa".
Lo que pasó, es que a fines del siglo XVII, Rusia veía estancado su crecimiento económico por perder salida al mar por causa de las guerras perdidas. El sueño del joven zar Pedro el Grande era volver salida al mar. En agosto de 1700 declaró la Guerra del Norte a los suecos, quienes ocupaban los territories, que originalmente pertenecían a Rusia.
Tras un par de victorias Pedro comenzó a construir una fortaleza en la cercana isla de Zayachy (de las Liebres) para controlar la desembocadura del río Neva. El 16 de mayo de 1703 puso la primera piedra de lo que hoy se conoce como La Fortaleza de San Pedro y San Pablo, el edificio más antiguo de la ciudad. Esta es la fecha aceptada de la fundación de San Petersburgo, llamada así en honor del apóstol Pedro, santo patrón del zar.
A partir del 1712 la ciudadela, que empezó a crecer alrededor de la fortaleza, se convirtió en capital del imperio ruso, y fue capital durante más de dos siglos. En la ciudad fueron construídos palacios y residencias imperiales, como por ejemplo, el Palacio de Invierno, la joya de corona, donde hoy día se halla El Ermitage, el museo principal de la ciudad, el terser museo en todo el mundo por la cantidad de obras expuestas, con 3 millones de obras en su colección. En la arquitectura de la ciudad se nota la influencia italiana en el siglo XVIII, y en menor medida la francesa.
San Petersburgo es una de las ciudades más grandes y bellas de Europa. El centro de la ciudad es considerado por la Unesco, patrimonio de la humanidad. Admire preciosísimas vistas de palacios y catedrales, incluso los símbolos de la ciudad - la maravillosa Catedral del Salvador sobre Sangre Derramada, la impresionante Catedral de San Isaac, santo patrón del fundador de la ciudad y el lujoso Palacio de los Yusupóv.
Pasee por La avenida Nevsky, que es la calle principal de la ciudad, llena de centros restaurantes y cafeterías, donde podran probar la cocina típica rusa.
Las residencias imperiales veraniegas se hallan fuera de la ciudad. Las más conocidas son Peterhof, Versailles ruso, con sus fuentes, y Aldea de los Zares con su Palacio de Catalina, donde se expone el octavo milagro del mundo, la Sala de Ambar, y Jardín Imperial.
A San-Petersburgo la llaman frecuentemente Venecia del Norte por la cantidad de ríos y canales. El paséo por ríos y canales en el barquito privado será experiencia inolvidable.
El espectáculo fantástico de ballet o folclore rusos será la mejor opción para terminar su día, lleno de impresiones.